miércoles, 2 de enero de 2013

5. ADAPATACIÓN de la Tarea 2 a la etapa de E.I.



Volviendo la vista atrás hacia la tarea 2, hemos de recordar, en primer lugar, la composición que se llevó a cabo: 






Tras múltiples modificaciones, conseguimos, finalmente, obtener nuestra composición final, en la cual nos encontramos con un busto inspirado en el poeta y narrador español, Gustavo Adolfo Bécquer, aportando a dicha obra un estilo propio, al colocar una máscara veneciana que cubría parte de su rostro y le otorgaba un toque original y creativo.

Como hemos comentado previamente, la obra plástica se compone a su vez en dos: el busto propiamente dicho y la máscara veneciana. 







Para la elaboración de la primera parte de la obra plástica, utilizamos como material principal, la arcilla, y como técnica, el modelado. Es decir, a través del modelado de la arcilla con las manos y otros materiales específicos conseguimos dar forma a nuestro busto, teniendo como base una armadura de madera y papel de periódico.

Por otro lado, la elaboración de la máscara veneciana se llevó a cabo mediante un mejunje compuesto por papel higiénico, cola y agua, sobre una base ya formada creada sobre cartulina. Posteriormente, requería adornarla mediante el sombrero (cartón, fieltro, plumas, etc.) y diversos elementos decorativos como purpurina, pintura, etc.

Dicha composición se desarrolló, en un primer momento, sin tener en cuenta la etapa de Educación Infantil, por lo que la elección de los materiales utilizados y las técnicas empleadas no respondían a las necesidades del alumnado perteneciente a esta etapa.

Ahora, sin embargo, en la presente entrada, nuestro objetivo está centrado en adaptar dicha tarea (proceso de elaboración de la obra plástica), de manera que  pueda ser desarrollada en un aula de Educación Infantil. Primeramente, centraremos nuestra atención en el busto realizado, y posteriormente, en la realización de la máscara.



  1. La elaboración del busto de Bécquer. 


 El principal material utilizado para su elaboración fue la arcilla. La utilización de la misma resulta efectiva para la adaptación de nuestra tarea en la etapa de infantil, ya que sus características, técnicas a desarrollar en el trabajo de la misma, utensilios, etc., la hacen ser un recurso adecuado para niños y niñas de este nivel.

Con respecto a sus características, la arcilla presenta gran ductilidad (se puede quitar y poner durante la elaboración de la obra), plasticidad, se contrae con el secado, se endurece al secarse, y se vitrifica cuando cuece. Dada la gran ductilidad y la plasticidad que presenta, posibilita al alumno el trabajo y manipulación con ella.

Por otro lado, las herramientas que se precisan para su trabajo son asequibles para los niños y niñas, y a su vez, el trabajo con las manos le permite experimentar de forma más próxima con la arcilla, expresando sus emociones, sentimientos, ideas, etc.

Con respecto a la técnica que precisa la arcilla para dar forma a sus bloques, hablamos del modelado. Aunque es cierto que el proceso en sí deberá sufrir adaptaciones, como la eliminación de la armadura que sustentará el busto, dada la dificultad que esto supone.

Podemos decir que se trata de una actividad muy interesante para los niños, ya que muchos desean expresarse por medio de ella, al encontrarla agradable y manejable. Además, en contraposición a la plastilina, esta es menos dura y grasienta y posibilita al niño hacer figuras más grandes.

En definitiva, el trabajo con ella, siempre y cuando sea organizado, higiénico y cuidadoso, puede ser ideal para desarrollar muchos de los objetivos de la etapa. Por este motivo, consideramos que tan solo sería conveniente adaptar el proceso de elaboración (incorporando la ayuda del profesor), pero no los materiales ni tampoco, la técnica.

                                
Guía de la actividad 1:


  •  En primer lugar, se ha de plantear la actividad que vamos a realizar: "Figura con arcilla". Vamos a evitar en todo momento mostrar al niño modelos para copiar, láminas, dibujos, etc. Por lo que, no todas las figuras que obtengamos de arcilla serán iguales; cada uno tendrá su propio modelo. Con esto, pretendemos una expresión libre, sin limitaciones, con la que el niño disfrute.
  • Se le pedirá al niño que piense cuál será su modelo de inspiración. Planteándoles una serie de preguntas que podrán orientar su idea: ¿Qué dibujo os gustaría realizar? ¿Queréis dibujar a algún amigo, familiar, etc.? ¿Cómo lo dibujaríais?, etc. Esta parte se planteará de modo reflexivo, y un poco siguiendo la metodología de torbellino de ideas, posibilitando que unos se enriquezcan de otros.
  •  Una vez que hemos hecho consciente al niño de la necesidad de elaborar un boceto, que nos sirva como modelo para trabajar con la arcilla, organizaremos tanto el aula como el alumnado para disponernos a trabajar. Asimismo, debemos hacerle consciente de la importancia de dicha la organización, fomentando hábitos de limpieza, orden y de respeto hacia los demás.
  • Cuando todos los niños y niñas se encuentran dispuestos en sus respectivos sitios, con todo los materiales necesarios, procederemos a realizar los dibujos que configuran los bocetos.
  • Posteriormente, con los dibujos ya realizados, daremos comienzo a la actividad propia con la arcilla: modelado de una figura sin armazón. Los niños trabajaran en sus mesas teniendo como modelo sus propios bocetos. Mientras que el docente, supervisará en todo momento los trabajos realizados, sin coartar la actividad expresiva del niño.
  • Al finalizar la elaboración de la figura, plantearemos al niño una reflexión acerca de la importancia del secado de la misma para que no se deforme y perdure un largo periodo de tiempo. Aunque existen muchos tipos de secado, procuraremos destinar una zona del aula sombría y con las condiciones pertinentes, para que se pueda reservar y secar durante varios días. De este modo, concluiría nuestra actividad. 

 
    2. Elaboración de la máscara veneciana.



Los principales materiales utilizados para su elaboración fueron el mejunje elaborado con cola, agua y papel higiénico, la cartulina de base y los elementos decorativos u otros que contribuyen a su elaboración, como pinceles, vaso, etc. Todos ellos son aptos, en cuanto a sus características, para ser trabajados por el alumnado de Educación Infantil, siempre y cuando, el proceso se desarrolle con la supervisión del docente.

Por otro lado, las técnicas que se precisan para su trabajo son asequibles para los niños y niñas, ya que en esta etapa se encuentran capacitados para: el trabajo y manipulación con las manos, acciones tales como recortar, dibujar, mezclar, pintar, etc.

Asimismo, podemos decir que se trata de una actividad muy interesante para los niños y niñas, ya que pueden experimentar con los materiales con plena libertad, además el  precio hace que estos sean asequibles para todos y puedan disponer con rapidez de ellos.

En definitiva, tal y como dijimos con la elaboración del busto, bastaría con orientar el proceso por parte del docente para que este pudiese realizarse en la etapa de infantil. No obstante, debemos de tener en cuenta la organización y la higiene para el desarrollo de la misma, así como la importancia de las normas e instrucciones previas.



 Guía de la actividad 2: 

     
  • En primer lugar, se planteará la actividad como complementaria a la anterior, de forma que lo que desarrollemos suponga un adorno a nuestra figura. En este caso, como la figura será diferente en cada niño, el adorno también será distinto.
  • De la misma forma que hicimos con la actividad anterior, lanzaremos unas preguntas que inviten a la reflexión a nuestro alumnado acerca del adorno que quieren confeccionar. En este caso el adorno no irá en la propia figura sino junto a ella, como complementario (por ejemplo, camiseta, pelota, etc.)
  • Una vez que hemos decido nuestro complemento, realizaremos el boceto, pero esta vez en cartulina. De este modo, configuraríamos la base sobre la cual vamos a aplicar el mejunje. El complemento que resultaría sería duro y con la forma de la cartulina que recortemos.
  • Posteriormente, prepararemos el aula para contribuir a que el alumnado comparta los materiales por mesa de trabajo, colocando en el centro de esta el tarro con agua, la cola y el papel de periódico. Los pinceles serán individuales. El profesor preparará el mejunje delante de ellos en cada una de las mesas, de modo que ellos solo lo tengan que aplicar sobre su cartulina. 
Una vez, llevado a cabo este proceso de forma repetida, con descansos para que se produzca el secado, habremos concluido nuestra obra.


       

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