viernes, 4 de enero de 2013

3.2. PROPUESTA DIDÁTICA (III)

METODOLOGÍA

Cuando hablamos de metodología nos referimos a la forma en la que se lleva a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje, así como, la manera en la que el docente desarrolla su propuesta educativa. 

Respecto a la labor del profesorado, hemos de tener en cuenta que su tarea para el desarrollo de la propuesta didáctica, es la programación de la secuencia de actividades, dando coherencia, sentido y orden a las mismas. Igualmente, debe de facilitar el planteamiento de problemas que estimulen el aprendizaje del alumnado y plantear estrategias de resolución de los mismos.

La forma en la que se establezca nuestra propuesta, así como los criterios que la sustenten, van a determinar en gran medida la calidad de la enseñanza. Por ello, si nos centramos en un instrumento metodológico orientado hacia una sistematización cerrada de la enseñanza, no se garantizará la adaptación del proceso educativo al alumnado, dificultando así, un aprendizaje significativo y optimizador.  

Por todo ello, nuestra metodología reflejará y dará lugar a la creatividad del alumnado, sin ajustarse a lo que encontramos explícito en un manual con la sistematización a la que anteriormente hemos hecho referencia.

Asimismo, consideramos oportuno hacer mención de la metodología que vamos a emplear en el desarrollo de nuestra propuesta didáctica diseñada, haciendo uso y fundamentándonos en los dispuesto en la Orden del 5 de Agosto del 2008,  en lo que respecta a la expresión plástica y artística.


En la misma línea, después de una previa indagación curricular, hemos de tener en cuenta una serie de principios que consideramos fundamentales, para lograr los objetivos propuestos y conseguir que nuestra propuesta didáctica sea una herramienta útil y asequible en nuestro proceso educativo. Asimismo, dichos principios son:


1. Enfoque globalizador y aprendizaje significativo


Una vez nos disponemos a planificar, debemos tener presente las características de nuestro alumnado y atender a la idea de que, los niños y niñas de esta etapa educativa perciben la realidad como un todo inseparable y no como un entorno parcelado y delimitado.
Es por ello por lo que debemos de basar nuestra labor orientándola desde un enfoque globalizador e interdisciplinar, con el que hagamos posible que los niños y niñas aborden las experiencias educativas de un modo global y teniendo en cuenta la relación entre diferentes ámbitos.
Al mismo tiempo, y tal como defiende la legislación, el enfoque tratado presenta una estrecho vínculo con el aprendizaje significativo, contribuyendo a las distintas enseñanzas, así como estableciendo relaciones entre los nuevos conocimientos adquiridos y los que ya poseían los niños y niñas (ideas previas). De esta manera, se garantiza la motivación del alumnado, partiendo no solo de sus ideas, sino también de sus intereses y necesidades.
En nuestra planificación, es importante tener también en cuenta la duración en la que vamos a desarrollar nuestra propuesta didáctica, ya que en función de su temporalización, contribuiremos o no a la producción de avances significativos en las nociones presentes en el niño y niña. Del mismo modo, en nuestro caso, consideramos oportuno disponer de una propuesta didáctica permanente y accesible para el alumnado, con el fin de fomentar dichos avances.
Por todo ello, pensamos que “nuestra ventana del saber” hace posible desarrollar una metodología basándonos en la globalidad de aprendizajes, ya que trabajamos elementos propios de la expresión plástica, tales como las formas, figuras, texturas, etc., centrándonos en diferentes aspectos educativos, de manera que establecemos cierta relación entre ellos. Asimismo, los elementos propuestos para configurar nuestro material están centrados en elementos cercanos a la realidad del niño, propios de la vida cotidiana, entremezclando un poco de fantasía con nuestra Reina de las Letras y el Rey Sapo.
En todo este proceso de enseñanza-aprendizaje, como futuros docentes, dejaremos plena libertad para la manipulación y experimentación con los materiales, guiando y orientando al alumnado para conseguir los fines propuestos. 

2. Atención a la diversidad


En lo que a este principio respecta, hemos de indicar que forma parte de nuestra metodología, ya que el material que hemos elaborado se encuentra configurado por múltiples actividades abiertas, flexibles, diversas, etc. que hacen posible que cada uno de los niños y niñas puedan llevarlas a cabo obteniendo resultados favorables.
Hemos considerado dichos ejercicios, abriendo la mentalidad al reconocimiento y aceptación de la individualidad del alumnado, respetando sus características propias, intereses, necesidades, motivaciones, nivel cognitivo, etc. Al mismo tiempo que favorecemos diferentes propuestas, acomodadas en función del alumnado que tengamos en el aula: la manipulación de objetos, la comunicación, habilidades motoras, diferentes formas de expresión (incidiendo en la plástica y artística), etc. 


3. El juego, instrumento privilegiado de intervención educativa


Cuando hablamos de juego en Educación Infantil, hacemos referencia a la actividad placentera y motivadora que realizan los niños y niñas, por el mero objetivo de jugar. 
Como instrumento educativo, podemos decir que potencia el desarrollo integral del alumnado, beneficiando al plano afectivo, psicomotor, social, cognitivo y lingüístico del alumnado.
Debemos, por tanto, enriquecernos del juego, ya que a través del mismo podemos abarcar las distintas áreas de conocimiento, facilitando la adquisición de contenidos. Asimismo, gracias a dicha actividad lúdica, el docente puede generar observaciones acerca del comportamiento, actitudes, aprendizajes, posibilidades y limitaciones del alumnado; al mismo tiempo que, va generando nuevos esquemas cognitivos y encaminando el proceso educativo hacia los fines propuestos.
Con respecto a nuestro material didáctico, hemos de señalar que presenta diversas actividades con las cuales se pueden desarrollar juegos relativos a la expresión plástica, favoreciendo el desarrollo de habilidades y destrezas e incorporando nociones relativas a dicha expresión.


4. La actividad infantil, la observación y la experimentación


La actividad en educación infantil constituye un requisito fundamental para el desarrollo integral del alumnado, fomentando el aprendizaje a través de la acción, la construcción; y alejándonos de enseñanzas memorísticas en las cuales todo está hecho y no hay nada que elaborar. Es por medio de la acción donde se ponen en marcha mecanismos de observación, manipulación, experimentación y reflexión, garantizando un proceso educativo efectivo.
Con nuestra propuesta didáctica pretendemos que la “actividad” sea una de las premisas que configuren nuestra metodología, ya que hemos diseñado nuestro material con la intención de que el alumnado actúe de forma autónoma y con iniciativa, entre otros aspectos.
En la misma línea, pretendemos también, que el alumnado se convierta en sujeto activo del aprendizaje, siendo verdaderos protagonistas del proceso de enseñanza-aprendizaje. Del mismo modo que, debemos plantearnos el objetivo de mantener activa la mente de los niños y niñas mediante  situaciones educativas potenciadas a través de nuestro instrumento didáctico.


5. Los espacios y los materiales: Soporte para la acción, interacción y comunicación


Como futuros docentes no solo debemos de planificar el espacio con fines educativos, sino que hemos de prestar también especial interés y atención a la basada en los materiales.
Así, en nuestro caso, el material que hemos diseñado fomenta la acción, la construcción y reorganización de conocimientos de las diferentes facetas que rodean la vida de una persona (plano emocional, social y físico). Con el fin de seleccionar y diseñar un material adaptado al nivel educativo y enmarcado dentro del ámbito de la expresión plástica y artística, se ha tenido en cuenta criterios referidos a la indagación y exploración de ideas, evitando en todo momento, dejar a un lado la actividad del alumnado.
Del mismo modo, centrando nuestro interés en lo estipulado legalmente y en nuestra propuesta didáctica hemos de señalar que: “los materiales que vayamos a emplear deben ser polivalentes permitiendo realizar diferentes acciones, usos y experiencias, en función de los diferentes intereses de quien los utilice, y adecuarse a los diferentes ritmos de los miembros del grupo. Deben ser variados, orientados al desarrollo de todos los planos que integran la personalidad infantil: motor, sensorial, cognitivo, lingüístico, afectivo y social” (Orden de 5 de Agostos de 2008, BOJA 169, pp. 34-36).


6. Afectividad


Los niños y niñas pertenecientes a esta etapa educativa necesitan verse queridos para sentirse seguros, lo que contribuye a la formación de una autoimagen ajustada y positiva de sí mismos. 
A la hora de hacer uso de nuestro material didáctico, debemos de promover actitudes de seguridad, con el fin de hacer frente a las nuevas situaciones propuestas, favoreciendo siempre su adaptación y, facilitándoles a los niños y niñas experiencias placenteras mediante  la conquista y el conocimiento del mundo que les rodea a partir de la expresión plástica y artística. 





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