METODOLOGÍA
Cuando hablamos de metodología nos referimos a la
forma en la que se lleva a cabo el proceso de enseñanza-aprendizaje, así como,
la manera en la que el docente desarrolla su propuesta educativa.
Respecto a la labor del profesorado, hemos de tener
en cuenta que su tarea para el desarrollo de la propuesta didáctica, es la
programación de la secuencia de actividades, dando coherencia, sentido y orden
a las mismas. Igualmente, debe de facilitar el planteamiento de problemas que
estimulen el aprendizaje del alumnado y plantear estrategias de resolución de
los mismos.
La forma en la que se establezca nuestra propuesta,
así como los criterios que la sustenten, van a determinar en gran medida la
calidad de la enseñanza. Por ello, si nos centramos en un instrumento metodológico
orientado hacia una sistematización cerrada de la enseñanza, no se garantizará
la adaptación del proceso educativo al alumnado, dificultando así, un
aprendizaje significativo y optimizador.
Por todo ello, nuestra metodología reflejará y dará
lugar a la creatividad del alumnado, sin ajustarse a lo que encontramos
explícito en un manual con la sistematización a la que anteriormente hemos
hecho referencia.
Asimismo, consideramos oportuno hacer mención de la
metodología que vamos a emplear en el desarrollo de nuestra propuesta didáctica
diseñada, haciendo uso y fundamentándonos en los dispuesto en la Orden del 5 de
Agosto del 2008, en lo que respecta a la expresión plástica y artística.
En la misma línea, después de una previa indagación
curricular, hemos de tener en cuenta una serie de principios que consideramos
fundamentales, para lograr los objetivos propuestos y conseguir que nuestra
propuesta didáctica sea una herramienta útil y asequible en nuestro proceso
educativo. Asimismo, dichos principios son:
1. Enfoque
globalizador y aprendizaje significativo
Una vez nos disponemos a planificar, debemos tener
presente las características de nuestro alumnado y atender a la idea de que,
los niños y niñas de esta etapa educativa perciben la realidad como un todo
inseparable y no como un entorno parcelado y delimitado.
Es por ello por lo que debemos de basar nuestra
labor orientándola desde un enfoque globalizador e interdisciplinar, con el que
hagamos posible que los niños y niñas aborden las experiencias educativas de un
modo global y teniendo en cuenta la relación entre diferentes ámbitos.
Al mismo tiempo, y tal como defiende la
legislación, el enfoque tratado presenta una estrecho vínculo con el
aprendizaje significativo, contribuyendo a las distintas enseñanzas, así como estableciendo
relaciones entre los nuevos conocimientos adquiridos y los que ya poseían los
niños y niñas (ideas previas). De esta manera, se garantiza la motivación del
alumnado, partiendo no solo de sus ideas, sino también de sus intereses y necesidades.
En nuestra planificación, es importante tener
también en cuenta la duración en la que vamos a desarrollar nuestra propuesta
didáctica, ya que en función de su temporalización, contribuiremos o no a la
producción de avances significativos en las nociones presentes en el niño y
niña. Del mismo modo, en nuestro caso, consideramos oportuno disponer de una
propuesta didáctica permanente y accesible para el alumnado, con el fin de
fomentar dichos avances.
Por todo ello, pensamos que “nuestra ventana del saber”
hace posible desarrollar una metodología basándonos en la globalidad de
aprendizajes, ya que trabajamos elementos propios de la expresión plástica,
tales como las formas, figuras, texturas, etc., centrándonos en diferentes
aspectos educativos, de manera que establecemos cierta relación entre ellos.
Asimismo, los elementos propuestos para configurar nuestro material están
centrados en elementos cercanos a la realidad del niño, propios de la vida
cotidiana, entremezclando un poco de fantasía con nuestra Reina de las Letras y
el Rey Sapo.
En todo este proceso de enseñanza-aprendizaje, como
futuros docentes, dejaremos plena libertad para la manipulación y experimentación
con los materiales, guiando y orientando al alumnado para conseguir los fines
propuestos.
2. Atención
a la diversidad
En lo que a este principio respecta, hemos de
indicar que forma parte de nuestra metodología, ya que el material que hemos
elaborado se encuentra configurado por múltiples actividades abiertas,
flexibles, diversas, etc. que hacen posible que cada uno de los niños y niñas
puedan llevarlas a cabo obteniendo resultados favorables.
Hemos considerado dichos ejercicios, abriendo la
mentalidad al reconocimiento y aceptación de la individualidad del alumnado,
respetando sus características propias, intereses, necesidades, motivaciones,
nivel cognitivo, etc. Al mismo tiempo que favorecemos diferentes propuestas,
acomodadas en función del alumnado que tengamos en el aula: la manipulación de
objetos, la comunicación, habilidades motoras, diferentes formas de expresión
(incidiendo en la plástica y artística), etc.
3. El
juego, instrumento privilegiado de intervención educativa
Cuando hablamos de juego en Educación Infantil,
hacemos referencia a la actividad placentera y motivadora que realizan los
niños y niñas, por el mero objetivo de jugar.
Como instrumento educativo, podemos decir que
potencia el desarrollo integral del alumnado, beneficiando al plano afectivo,
psicomotor, social, cognitivo y lingüístico del alumnado.
Debemos, por tanto, enriquecernos del juego, ya que
a través del mismo podemos abarcar las distintas áreas de conocimiento,
facilitando la adquisición de contenidos. Asimismo, gracias a dicha
actividad lúdica, el docente puede generar observaciones acerca del comportamiento,
actitudes, aprendizajes, posibilidades y limitaciones del alumnado; al mismo
tiempo que, va generando nuevos esquemas cognitivos y encaminando el proceso
educativo hacia los fines propuestos.
Con respecto a nuestro material didáctico, hemos de
señalar que presenta diversas actividades con las cuales se pueden desarrollar
juegos relativos a la expresión plástica, favoreciendo el desarrollo de
habilidades y destrezas e incorporando nociones relativas a dicha expresión.
4. La
actividad infantil, la observación y la experimentación
La actividad en educación infantil constituye un
requisito fundamental para el desarrollo integral del alumnado, fomentando el
aprendizaje a través de la acción, la construcción; y alejándonos de enseñanzas
memorísticas en las cuales todo está hecho y no hay nada que elaborar. Es por
medio de la acción donde se ponen en marcha mecanismos de observación,
manipulación, experimentación y reflexión, garantizando un proceso educativo
efectivo.
Con nuestra propuesta didáctica pretendemos que la
“actividad” sea una de las premisas que configuren nuestra metodología, ya que
hemos diseñado nuestro material con la intención de que el alumnado actúe de
forma autónoma y con iniciativa, entre otros aspectos.
En la misma línea, pretendemos también, que el
alumnado se convierta en sujeto activo del aprendizaje, siendo verdaderos
protagonistas del proceso de enseñanza-aprendizaje. Del mismo modo que, debemos
plantearnos el objetivo de mantener activa la mente de los niños y niñas mediante situaciones educativas potenciadas a través de nuestro instrumento
didáctico.
5. Los
espacios y los materiales: Soporte para la acción, interacción y comunicación
Como futuros docentes no solo debemos de planificar
el espacio con fines educativos, sino que hemos de prestar también especial
interés y atención a la basada en los materiales.
Así, en nuestro caso, el material que hemos
diseñado fomenta la acción, la construcción y reorganización de conocimientos
de las diferentes facetas que rodean la vida de una persona (plano emocional,
social y físico). Con el fin de seleccionar y diseñar un material adaptado al
nivel educativo y enmarcado dentro del ámbito de la expresión plástica y
artística, se ha tenido en cuenta criterios referidos a la indagación y exploración
de ideas, evitando en todo momento, dejar a un lado la actividad del alumnado.
Del mismo modo, centrando nuestro interés en lo
estipulado legalmente y en nuestra propuesta didáctica hemos de señalar que:
“los materiales que vayamos a emplear deben ser polivalentes permitiendo
realizar diferentes acciones, usos y experiencias, en función de los diferentes
intereses de quien los utilice, y adecuarse a los diferentes ritmos de los
miembros del grupo. Deben ser variados, orientados al desarrollo de todos los
planos que integran la personalidad infantil: motor, sensorial, cognitivo,
lingüístico, afectivo y social” (Orden de 5 de Agostos de 2008, BOJA 169, pp.
34-36).
6. Afectividad
Los niños y niñas pertenecientes a esta etapa
educativa necesitan verse queridos para sentirse seguros, lo que contribuye a
la formación de una autoimagen ajustada y positiva de sí mismos.
A la hora de hacer uso de nuestro material
didáctico, debemos de promover actitudes de seguridad, con el fin de hacer
frente a las nuevas situaciones propuestas, favoreciendo siempre su adaptación
y, facilitándoles a los niños y niñas experiencias placenteras mediante la
conquista y el conocimiento del mundo que les rodea a partir de la expresión
plástica y artística.
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